27 May
POBRE MÉXICO, TAN LEJOS DE DIOS Y TAN CERCA DEL "NARCO"

Por: David Alejandro Rodríguez Ramírez.

Parafraseando a Alejandro Hope, especialista en seguridad nacional, “300 asesinatos se registran en México en tres días, mientras que en España esa cifra equivale a los asesinatos de un año”. Lo anterior, cuando se presentaron las cifras de asesinatos del año pasado, durante el cual se registraron 34,582 homicidios, la cifra más alta en los últimos 20 años. Lo peor es que en lo que va del 2020 se apunta a unas cifras más escandalosas.

En los primeros tres meses de este año, se cometieron 8,585 homicidios dolosos. Y en la mitad de la contingencia a causa del COVID-19, pareciera que los grupos delictivos han visto la oportunidad para maniobrar de manera aún más libre en las disputas por los territorios, aprovechando que los cuerpos policiacos, de seguridad y parte de la Guardia Nacional se están enfocando en la vigilancia de la ciudadanía, con la intención de que se cumpla con las medidas de aislamiento. El pasado 20 de abril, se registró la cifra más alta en lo que va del año, y la segunda del gobierno de la 4T; con 114 homicidios.

 Aunado a todas esas muertes, Colima se posiciona como la entidad con mayor tasa de homicidios en el país por cada 100 mil habitantes, altamente relacionado con el control de las aduanas en el que sigue imperando el crimen organizado, y el mismo presidente de la república ha dicho que es una situación que no se ha podido controlar, “el problema de las aduanas es de corrupción, como en muchos otros casos (…) es una asignatura pendiente que no hemos podido limpiar”. 

Lamentablemente el pensar de nuestra sociedad mexicana se limita a mantenerse polarizado, sin identificar qué es lo que en realidad le hace daño; remarcando las diferencias ideológicas, olvidando el respeto a la pluralidad, pero solo cuando le es conveniente, porque existen casos en los que es el mismo mexicano que se queja de la violencia y la corrupción, de la impunidad de regímenes pasados o se mantiene en una constante tiradera a las medidas implementadas por el gobierno federal actual. Ese mismo mexicano que recibe la despensa que los grupos delictivos llegan a ofrecer al pueblo, mientras muestran una bandera de solidaridad y apoyo a los más necesitados. Bien decía un anónimo, “como si su pinche kilo de frijol compensara la paz que hemos perdido”. Ese mismo mexicano que no asume su responsabilidad después saber que su automóvil no está circulando en regla y prefiere ofrecer mordida. Ese mismo mexicano que en este contexto de la pandemia, sigue saliendo innecesariamente, poniéndose en riesgo y arriesgando a los demás, no respetando el esfuerzo que otros tienen que realizar.

Nuestro México es golpeado por un sinfín de problemáticas económicas, políticas, de salud, de violencia, de omisión, de olvido. Y podría especificar, pero no es necesario agobiar al lector más de lo que seguramente ya está. Pero sí mencionaré que como muchos ya lo han indicado, el coronavirus debe preocuparnos, y hay que atender las indicaciones, pero no es esta pandemia el factor que salda más muertes en México. Nuestra sociedad está bien clavada en el mundo del narcotráfico al que unos repudian y otros aplauden, con odio o alago, pero finalmente se le hace propaganda.


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