Por: Belén de Jesús/ Fotografiando la historia del Estado de México.
“Más de 54% de los jóvenes en México, de entre 10 y 19 años, pasan la mitad del día con el celular en la mano” .
El COVID-19 ha cambiado la vida de más de una persona a lo largo de la cuarentena y, sin duda alguna, nadie se salva. Uno de los grupos de población que se ha visto afectado, son los adolescentes de entre 12 y 17 años, quienes ante esta situación deben enfrentarse a simultáneas cargas y dilemas a raíz de la pandemia.
De acuerdo con la ENOE 2018, en México residen 13.7 millones de adolescentes de 12 a 17 años, los que representa 34.5% de la población total de menores de 18 años en el país. Quienes antes de quedarse en casa, realizaban diferentes actividades y comenzaban a descubrir nuevas formas de convivencia con personas de su misma edad. Lo cual nos lleva a pensar en la transformación que han tenido estas formas de comunicación.
Los datos muestran que el 74% de la población adolescente del país habita en zonas urbanas o semiurbanas. Siendo estos los que tienen mayor contacto con la tecnología y las redes sociales, y que de la misma manera se encuentran más expuestos a falsa información difundida en redes sociales.
En una encuesta realizada por Motorola se determinó que el 54% de los jóvenes, de entre 10 y 19 años, en México, pasan la mitad del día con el celular en la mano, mientas que un 20% aseguro tener acceso a él durante las 24 horas del día. En estos días de pandemia el celular se ha convertido en un instrumento necesario para los jóvenes, ya que, al no poder salir de casa, invierten su tiempo libre en el internet o en videojuegos. Sin duda alguna estos datos durante los últimos meses han aumentado de forma creciente.
Este grupo, tiene una nueva forma de convivir por medio de la tecnología, generándose ideas erróneas sobre estereotipos falsos y diferentes formas de pensar, que provocan una afectación en su desarrollo psicológico.
Los padres de familia ahora deben de estar más alerta ante esta situación y compartir tiempo de calidad con sus hijos, revisar constantemente el contenido de sus redes sociales y transmitir información oportuna sobre todos los temas que están en boca de la sociedad. De esta forma se podrán prevenir situaciones de riesgo futuras. Recordemos que no todo lo que encontramos en redes sociales es malo, pero tampoco bueno.