Por: Juan Sebastián Valencia Veléz.
Escucho la radio habitualmente, esta mañana una locutora describía como el virus había saltado de un país a otro, llegando hasta américa, describiendo que a su paso había dejado un sendero de muerte, y me quedé pensando en que hay muertes que no contamos y de alguna manera son consecuencia del virus que, aunque no te contagie te acorrala.
Muertes a causa de la violencia, de la que no escuchamos mucho y sin embargo se mantiene latente. Es más letal quedarse en casa que salir, una mujer twitteó hace unos días una foto con su brazo golpeado, en él explicaba que había violado la cuarentena, me impresionó bastante, continúe leyendo y una de las mujeres explicaba que había vencido algo más que eso (el miedo y el sufrimiento).
Por otra parte, esta semana la universidad autónoma de Nayarit emitió un comunicado manifestando condolencias por el asesinato el pasado domingo 24 de mayo, de Diana Carolina Raygoza estudiante de derecho de 21 años, quien fuera encontrada muerta a las 19:00 horas en su domicilio en Nayarit, mientras cumplía cuarentena, a causa de un asesinato con arma blanca.
En ocasiones pensamos que nuestro encierro es ya en sí mismo demasiado traumático, eleva el estrés, la ansiedad y la irritabilidad, sin embargo, estos factores se vuelven atemorizantes cuando vives bajo el miedo de la violencia, ¿Cuántas no superarán esta cuarentena? ¿Cuántas morirán en casa bajo el yugo de sus esposos o con quienes conviven, impotentes sin salida?
Las cifras evidencian que el virus y la violencia son tienen en México una alta letalidad. Desde que se reportó el primer caso de coronavirus en México el 27 de febrero han muerto, 7633 personas, (al 25 de mayo de 2020) de las que se estima que el 40% son mujeres, es decir aproximadamente 3053 fallecidas según el reporte de la Secretaría de Salud (SSa).
Por otra parte: “cada día 10 mujeres mueren, cada dos hora y media una mujer es asesinada” explicó al Universal, Nadine Guzmán, titular del Instituto Nacional de las mujeres. Lo que quiere decir que al día han muerto 34,6 mujeres a causa del coronavirus sumado a otras 10 a causa de la violencia.
Las cifras son frías, pero las experiencias no lo son, el que una mujer hubiera escapado de los golpes de alguien y revelara ver sus heridas en redes sociales recuerda que a veces se necesita romper las barreras del silencio para trascender lo indiferentes que llegamos a ser.
Poco Ortodoxa es una serie basada del libro de memorias de Deborah Feldman y cuenta la historia de Esther Shapiro, una joven nacida en la ultraortodoxa dinastía jasídica Satmar, concentrada en un sector de Williamsburg en Brooklyn, quien casada por un matrimonio arreglado y en embarazo decide huir a Berlín.
Ella logra huir, es perseguida y amenazada. No obstante, ahora para muchas es difícil correr, porque no solo se cerraron las puertas sino las posibilidades de ayuda, la escucha de un amigo o amiga, un buen consejo, y en paralelo hay un monstruo en casa al acecho todo el tiempo.
Esty como le decían de cariño, logró ver la prisión que la sujetaba y quiso escapar y escribió su historia, hoy la vemos con admiración. Sin embargo, aunque el demonio sea distinto, el encierro llegó hasta nuestras casas, y para algunas será su pena de muerte.
Serán muchas las historias contadas de esta cuarentena, pero también muchas las silenciadas, y así mientras muchos pensamos como cambiará
el mundo y cómo cambiaremos nuestra vida en esta cuarentena, otras piensan en cómo no ser violentadas, en cómo sobrevivir, en como evadir la muerte, como sobrevivir no al virus sino al enemigo humano que hay en casa.