Repujado mexicano: los colores y formas de la metalistería

Por: Lilia Moran 

Regina Olvera, artesana de la Zona Metropolitana del Valle de Toluca, desde su nacimiento ha estado en contacto con el proceso del repujado. María Teresa Olvera, su madre, fue una de las pioneras de esta práctica aquí en el Estado de México, empezando hace más de cuarenta años. El repujado es una técnica artesanal en la que, en una placa metálica, se utilizan variados instrumentos para que, en una cara de la placa, se creen imágenes con relieve. Esta técnica es originalmente rusa, sin embargo, María Teresa la adaptó utilizando imágenes aludiendo a la mexicanidad y utilizando colores vibrantes.

Esta práctica, para la familia Olvera, empezó por el compromiso de una madre de cuidar, dar atención y sanar a sus hijos, pues quería ser partícipe de su crecimiento y desarrollo tanto físico como emocional. Maria Teresa decidió dejar su trabajo y dedicarse a sus hijos y a las artesanías, siendo estas últimas aquello que le permite expresar su creatividad y su actividad de desestrés.

Para Regina, la artesanía es algo con lo que ha vivido desde que tiene memoria y, el añadir color a una pieza que originalmente es solo color plata, es su parte favorita. El agregar esa parte de la cultura mexicana a las piezas es lo que lo vuelve artesanía, lo que las vuelve únicas e irremplazables. Al ser flores la mayoría de las artesanías, el color es lo que le permite expresar sus sentimientos y literalmente dejar una parte de sí en cada artículo.

Por otra parte, existen los aspectos negativos de ser artesano, pues, aquí en México existe una cultura del regateo muy grande. Sobre esto, Regina nos cuenta que lo desaprueba totalmente. Las artesanías se llaman de esta manera por ser artículos que no son reproducibles y cuando a ella le llega a suceder, prefiere negar la compra a bajar el precio: el tiempo invertido, la dedicación y la creatividad que lleva cada pieza en sí es algo que no tiene precio.

ESTE SITIO FUE CONSTRUIDO USANDO