LOS OLVIDADOS

Por: Karina Moreno.

Aunque mucho hemos escuchado sobre las personas que día a día se esfuerzan por quedarse en casa evitando salir a menos que sea algo muy necesario también existe el otro lado de la moneda, es decir, están aquellas personas que no atienden a las indicaciones de las autoridades, y hacen caso omiso a la restricciones desde que la pandemia alcanzó al país. Por ejemplo, el caso de las personas que salieron a comprar regalos, comida, o visitar a aquella persona especial el pasado 10 de mayo, día de la madre, una fecha de gran importancia para la sociedad mexicana.

Existe una gran división de opiniones respecto a estos dos tipos de personas pues, los primeros están catalogados como personas “conscientes” ya que siguen las órdenes para prevenir la expansión de este virus, y las personas opositoras, las cuales pertenecen al grupo de los “inconscientes” quienes ignoran por completo las reglas y siguen saliendo de sus casas, no han modificado su estilo de vida. Estas situaciones siempre las hemos generalizado, culpando y quejándonos de los “inconscientes” pues les atribuimos la responsabilidad de que esta cuarentena no tenga una fecha de consumación, sin embargo, no nos detenemos a pensar en el por qué estas personas siguen saliendo, si se supone todos debemos estar adentro, ¿no?

Al ser de las personas que gozan de beneficios como, un buen ingreso para sustentar nuestras necesidades básicas la mayoría del tiempo generalizamos el problema y no nos detenemos a pensar en las personas que se ven en la obligación de arriesgar su salud para conseguir el “pan de cada día”. Ya que mucho de nuestro tiempo nos la pasamos quejándonos de cómo la situación nos privó de cosas materiales y dejamos de pensar en cosas que realmente valen la pena como, las medidas que el gobierno emplea en estas situaciones para aquellas comunidades que no cuentan con los recursos básicos y que además las demás instituciones como la educativa agregan otros servicios para convertirlos en primordiales, como el acceso al internet.

Normalmente solo percibimos lo superficial, negándonos la oportunidad o la curiosidad de saber las razones por las cuales estas personas siguen saliendo.

Tal es el caso de la señora Alicia N, quien desde que comenzó el confinamiento no ha parado de trabajar para poder mantenerse a ella y a sus dos hijos, quienes cursan el nivel medio superior y superior. Es una persona que lucha constantemente para ofrecerle una mejor calidad de vida a sus hijos, ya que como lo ha mencionado les está dando las bases para que ellos tengan un mejor futuro ya sea laboral y educativo, algo que se le fue negado a ella hace algunos años, pues las condiciones en las que creció no eran favorables para su género, privándola de un nivel escolar alto.

Siempre ha pensado que mientras haya trabajo ella seguirá trabajando pues, ¿quién los mantendrá?, ¿de qué vivirán? Como madre divorciada de dos jóvenes, tiene que salir a diario para ganar un sueldo en un trabajo informal, por supuesto, del cual los 3 dependen, aunado a los servicios que se necesitan como: luz, internet, gas, etc.

“Dejaron de ser lujos y se convirtieron en necesidades.” Es lo que opina en cuanto a tener servicios de internet, los cuales se han convertido en parteaguas de la educación dentro de casa. Muchas escuelas -sino es que todas- han dado instrucciones obligatorias de tener acceso a estas plataformas en línea para continuar con sus actividades.

Ante esta dura situación no puedo evitar reflejarla con una película de Luis Buñuel del año 1950, la cual retrata la miseria y violencia en México, “Los Olvidados.”

Aunque pareciera muy extremista esta comparación/reflejo no está tan alejada de la realidad que personas como Alicia están viviendo hoy, se trata de una similitud de condiciones que los desfavorecen, por contar con un bajo salario lo cual desencadena más desventajas, pero que no quitan el dedo del renglón por conseguir algo mejor. Considerando a sus hijos como su esperanza de vida y a su vez ellos de ella.

En el inicio de la película menciona algo trascendental: “…La sociedad trata de corregir este mal, pero el éxito de sus esfuerzos es muy limitado, solo en un futuro próximo serán reivindicados los derechos del niño y del adolescente para que sean útiles a la sociedad…”, a Alicia, como madre le toca salir adelante sola con sus dos hijos, sin poseer los “apoyos” u “oportunidades” que el gobierno u otras instituciones brindan a aquellas personas que así lo requieran, sin embargo, esto no sucede con gran regularidad pues estos apoyos no siempre llegan a las personas que de verdad lo necesitan o sus herramientas proporcionadas son obsoletas pues presentan varias fallas técnicas. 

Así como nos hemos dado cuenta a través de este análisis, ya desde hace mucho tiempo existieron estas inconsistencias, y no es necesario que ocurran estas desgracias -como la pandemia- para darnos cuenta de estos sectores desfavorecidos, es un problema que ha existido por mucho tiempo, desde antes que todos nosotros naciéramos, incluso desde que nuestros abuelos nacieran. Es alarmante que no mucho haya cambiado a lo largo de todo este tiempo pero lo es más generalizar el problema y no atender a las particularidades, y pasar el tiempo quejándonos de esto, sin tener un alcance profundo y reflexivo.


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