LOS HORNOS DEL CORONAVIRUS
Por: Miriam Ramirez Moreno
Como una bomba de tiempo, el Coronavirus está alcanzando cada rincón del planeta, aunque parece que el virus se ensaña con Lombardía, ciudad ubicada al norte de Italia: el número de infectados, de casos sospechosos y principalmente de muertes no deja de incrementarse, las redes sociales están inundadas
de testimonios de todo tipo; hay quienes relatan cómo viven el aislamiento, también quienes comparten su preocupación al tener un familiar infectado, o un fallecido, y algunos valientes que muestran su cara ante la pantalla relatando como es tener coronavirus.
No hay que olvidarnos de aquellos que ya no podrán hacer ninguna de las anteriores, porque ya no están, porque perdieron la batalla, miles de inocentes que se infectaron y que ni siquiera pudieron tener a sus familiares para sostener su mano; porque pretender tener contacto físico por última vez es un arma letal, murieron solos y durante sus últimos días lo único que pudieron ver fue al personal médico, que dio todo, hasta su último esfuerzo por intentar no perder una vida más.
EL número de muertos por Covid-19 ya superó los 50,000 alrededor del mundo, gran parte de este número se concentra en Italia. Este país ocupa el segundo lugar con mayor número de contagiados por esta enfermedad, sólo por debajo de Estados Unidos. Al día de hoy, 2 de abril de 2020, se registran más de 150, 0000 infectados y más de 13, 000 fallecidos, cifra que supera la capacidad de sus cementerios, en Lombardía el ejército ha tenido que subir los ataúdes a sus camiones para que sean incinerados en otras ciudades, porque ahí, en el foco de la emergencia, al menos para Italia, ya no queda un lugar más.
Tristemente los cuerpos son despedidos con el saludo de los policías que miran desolados el paso de los camiones del ejército, los cuerpos de estas personas van camino a un horno, porque las muertes no cesan ¿Te imaginas morir así? Si tuviste suerte, te dieron la oportunidad de hacer una video llamada para ver por última vez la mirada de quienes amas, pero de no ser así, tu muerte sería solitaria, como la de miles más que dejaron de respirar, convirtiéndose en una cifra más, en un recuerdo más.
Y esto en países de primer mundo, ¿qué será de las naciones pobres, de África, del sur de América, de nuestro querido México? ¿De verdad es necesario que los espacios de nuestros cementerios se saturen para que pongamos en práctica las medidas preventivas? Italia puede sonar lejos, no sólo en distancia, me refiero a la situación que viven, han llegado al punto en el que los médicos deben decidir quién tiene más probabilidades de sobrevivir para brindarle ayuda prioritaria, en donde la familia ya no tiene derecho a decidir cómo darles sepultura a sus muertos, no hay opción.
Si lo vemos tan lejano, quizá debamos mirar un poco hacia nuestro contienente; en Ecuador la cifra de muertos es alarmante, los escenarios son tristes y de miedo: hay cuerpos abandonados en la calle porque no hay ambulancias disponibles. Ante esta situación, en redes sociales nos encontramos con videos que muestran la triste realidad de este país, las familias están desesperadas por sus muertos, la espera puede ser de hasta 5 días.
Como Italia, como Ecuador, como China, todos los países la están pasando mal, pero podría ponerse peor si continuamos con esta indiferencia. Está pasando, hay una pandemia, una emergencia global, hay que acatar las instrucciones, hay que ser solidarios.
No hay fecha para que esto culmine, ni las naciones de primer mundo han puesto fin a su cuarentena, lo único que podemos hacer es trabajar para que esta contingencia dure menos, para que no haya más contagios, para que no haya más muertes.