El amor en los tiempos del covid.

El amor en los tiempos del covid. 

Por: Rebeca Salgado Segura 

“El amor se hace más grande y noble en la calamidad” 

-Gabriel García Márquez- 

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El amor, como las enfermedades, llega siempre  en los momentos más inesperados de la vida. Ante la amenaza de un peligro real, y tras el reciente confinamiento al que se ha visto sometido el mundo, no es raro afirmar que han sido muchos los valientes que han comprado un boleto en el crucero del amor. 

Apuesto a que Florentino Ariza se sentiría como niño en una juguetería, pues actualmente en nuestros días ya no debemos esperar a que la oficina de correos abra para mandar una carta o telegrafiarnos con alguien.  

Gracias a las nuevas tecnologías, el amor puede florecer con ayuda de un par de clics. Ya sea mediante video llamadas o mensajes de texto. El fin de mundo tiene el mismo efecto que 4 shots de tequila: nos dan valentía. 

Y es que ante la exposición prolongada a un peligro tan latente como el coronavirus, las personas ocupan los largos días para pensar con claridad en lo que quieren y les gusta. No hace falta tomar tanto valor para salir de la comodidad y conocer gente nueva. Ya con las ideas claras y con tiempo de sobra para hacer las cosas, la tarea de conquistar a una persona resulta más fácil. Desde recomendarse películas para pasar las tardes o intercambiar buenos títulos de libros para leer. 

Así lo refleja la historia que cuenta Jeremy Cohen, fotógrafo de 28 años que residente en Brooklyn, Nueva York, con la serie de gestos creativos que adoptó para seducir a una vecina a distancia en medio de la pandemia de coronavirus. 

Cohen y su historia de amor se hicieron virales cuando en redes sociales compartió un video en el que aparecía enviando su número de teléfono en un dron a su vecina Tori Cignarella. 

Cohen cuenta que para ocupar sus días de confinamiento en su apartamento decidió tomar fotografías a personas en sus terrazas para una colección temática. 

Hace unos días, me fijé en una chica en la calle de enfrente que bailaba sobre su azotea. Me sentí muy atraído por su energía. Salí al balcón, le agité la mano y ella me devolvió el saludo.  

Casi de forma inmediata, pude sentir la conexión entre ambos y quise ponerme en contacto con ella. Tiempos desesperados requieren de medidas desesperadas. Tomé mi dron, le adherí una nota con mi número de teléfono apuntado y lo volé hacia su azotea. Comenta Cohen 

Desde ese momento ambos comenzaron una relación mediante citas por llamadas de facetime. No sería raro encontrarnos en un futuro cercano esta historia de amor convertida en un bestseller. Pues un amor que surge en la calamidad está destinado a prevalecer en la memoria por un tiempo idílico.   

  

 

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